Seis de cada diez porteños no separan la basura. Recorrimos con un reciclador urbano los contenedores y muy pocos de los vecinos separan la basura. Pero además se suma un elemento más llamativo: el estado en quedan los contenedores, basura tirada por todas partes después del paso de los cartoneros.
Uno de los principales desafíos que tiene Buenos Aires a futuro es lograr reducir la cantidad de basura que envía al relleno sanitario de la CEAMSE.
En este sentido, la separación de residuos en origen, que permite recuperar los materiales reciclables, es la principal necesidad. Pero aunque ya es obligatorio que todos los hogares y comercios separen los residuos secos de los húmedos, todavía falta un largo camino: el 58% de los edificios y comercios porteños aún no lo hacen.
Los datos surgen de un informe de la Gerencia Operativa de Control de Higiene Urbana. Desde octubre pasado hicieron 8.494 inspecciones en 5.498 establecimientos (repitieron algunos). En total, labraron 5.106 actas de infracción. En todos los casos primeros se labró una notificación con 15 días de plazo para que el edificio o el comercio corrigiera su comportamiento, y en caso de que no lo hicieran les labraron multas: las sanciones arrancan en los $ 1.900 para los edificios y en $ 3.710 para los comercios.
Un caso muy significativo se dio en Las Cañitas, donde la Ciudad hizo una prueba piloto. Allí, durante setiembre hicieron 125 inspecciones en 76 edificios y comercios, a los que les labraron 97 actas, de las cuales el 66% fueron por no separar en origen (el resto, por sacar la basura fuera de horario).
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