El objetivo es que mejoren la capacidad de respuesta ante eventos meteorológicos extremos con capacidad para provocar inundaciones.
“El cambio climático es una realidad que nos desafía con tormentas de gran intensidad y mucha cantidad de agua que cae en poco tiempo. Estas obras permiten mayor escurrimiento del agua y complementan el entubado de nuestros arroyos”, dijo Jorge Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Siete de las diez obras de ampliación pluvial ya se terminaron y otras tres se encuentran en ejecución e incluyen la instalación de 58 sumideros, 35 bocas de registro y 2.210 metros de conductos nuevos en Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Parque Chas, Monte Castro, Almagro y Villa Riachuelo.
La Ciudad está atravesada por 12 arroyos y los nuevos desagües mejoran su capacidad para derivar grandes caudales de agua con mayor velocidad hacia zonas de descarga.
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