Comuna 9

Los «talleres textiles clandestinos del miedo» clausurados en Mataderos

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Cuando los inspectores de AFIP con varios chicos jugando en medio de las máquinas con las sus padres trabajaban hasta 16 horas por jornada. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a través de la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social, clausuró dos talleres textiles clandestinos en la ciudad de Buenos Aires donde explotaban a 14 trabajadores.

En los procedimientos, llevados a cabo en el barrio de Mataderos, se detectó además que los dueños de los precarios establecimientos no estaban registrados ante el fisco. Al constatar las irregularidades, los funcionarios de la AFIP clausuraron los talleres y le dieron intervención al Juzgado Penal Económico Nro. 5, a cargo del Dr. Diego Amarante. Además, se presentará la respectiva denuncia por presunta existencia de trata y servidumbre en el domicilio de la calle Pola 1484..

Según pudo determinarse luego de distintos allanamientos, los responsables de estos talleres se encargaban de proporcionar a las víctimas la comida y el traslado mediante combis del lugar de trabajo hacia otros domicilios de la zona que servían de vivienda nocturna con el fin de tener bajo control y privar de su libertad a las personas.

Además, eran sometidos a extensas jornadas laborales en condiciones muy precarias. Dentro del recinto las personas eran víctimas de maltrato mientras trabajaban durante el día con persianas y ventanas permanentemente cerradas para que no se detecte ni escuche nada desde el exterior, mientras que puertas adentro las habitaciones se comunicaban mediante un boquete hecho en la pared de aproximadamente un metro y medio de alto por ochenta centímetros de ancho.

En pocos meses, se localizaron varios locales en los que se trabaja en condiciones precarias. A fines de abril pasado, dos niños de 7 y 10 años murieron calcinados al quedar atrapados en un incendio que se produjo en Flores, donde había, según las denuncias de los vecinos de la zona, un taller clandestino de confección de vestimentas. Lo mismo volvió a ocurrir en julio, en otro taller también en ese barrio porteño, aunque no se registraron heridos.