Debido a la concentración de bares, restaurantes y boliches, el barrio de Palermo lidera la cantidad de reclamos de vecinos por ruidos molestos, según estadísticas del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad; luego siguen Balvanera y Caballito.
El volumen alto de la música, un gimnasio, el patio de una escuela, un músico que toca su instrumento y en muchos casos equipos de refrigeración de comercios son los ruidos más comunes que perturban la vida de los porteños y que los llevan a hacer una denuncia.
Según datos del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, se registraron el año pasado 7008 denuncias por ruidos que perturban. Palermo, con 1326 presentaciones, encabeza el ranking, seguido por Balvanera (449) y Caballito (435). Sólo el 15% de las denuncias encuentran una solución en la justicia porteña. El resto se desestima.
Los ruidos molestos están incluidos dentro de Código Contravencional, cuya aplicación es competencia de la Ciudad. Según indica el artículo 82, hay distintas penas para los infractores. La ley especifica: “Quien perturba el descanso o la tranquilidad pública mediante ruidos que por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia es sancionado con uno a cinco días de trabajo de utilidad pública o multa de 200 a 1000 pesos. Cuando la conducta se realiza en nombre, al amparo, en beneficio o con autorización de una persona de existencia ideal o del titular de una explotación o actividad, se sanciona a éstos con multa de 600 a 10.000 pesos”.
La cantidad de casos denunciados el año pasado duplicó las 3278 presentaciones que se hicieron en 2009. Debido a la acumulación de bares, boliches y restaurantes, Palermo concentró el 19% de las denuncias de toda la ciudad.
“Los conflictos por ruidos molestos están muy latentes en la Capital. En 2013 ocuparon más del 25% del total de las faltas contravencionales. Y a lo largo de los años el número de denuncias va en ascenso”, explicó Matías Michienzi, fiscal porteño y especialista en medio ambiente.
En los meses de verano se concentró el 21% de denuncias debido a que los bares y restaurantes sacan las mesas a la calle, ponen música alta y la gente se queda hasta altas horas de la noche
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