La situación de Uber se recalienta en la Ciudad. La empresa de transporte logró eludir el bloqueo de las tarjetas de crédito al habilitar el pago en efectivo de manera preliminar y piloto algo que ya ocurre y se usa de manera masiva en países de Latinoamérica y continúa funcionando a pleno. Mientras, recrudecen los enfrentamientos entre sus choferes y los taxistas, que piden más controles. Y en la Justicia porteña explican que recién en mayo comenzaría el juicio contra los directivos por brindar un servicio público sin autorización y violar la clausura de la web. Por lo pronto, dos gerentes ya pidieron eximición de prisión, ante el riesgo de ir presos por no pagar impuestos.
El viernes pasado, un taxista tuvo que ser atendido de urgencia en el Hospital Ramos Mejía porque, según denunció, un chofer de Uber lo apuñaló durante una discusión de tránsito en Pueyrredón y Rivadavia. Al mismo tiempo, los «socios conductores» de Uber llevan meses denunciando que los taxistas les tienden emboscadas, generalmente fingiendo ser pasajeros, los agreden, les roban los teléfonos celulares con los que trabajan y hasta les queman los autos. Tanto es así que armaron grupos de WhatsApp para alertarse entre ellos cuando hay situaciones conflictivas o perciben una posible emboscada.
Lo cierto es que Uber no tiene habilitación para brindar el servicio de remise o de taxi en la Ciudad, pero aún así lo hace y los taxistas se quejan. «Además de ser una empresa fantasma, que evade impuestos y que desobedece las órdenes judiciales, ahora resulta que Uber tiene choferes armados -afirmó José Ibarra, el secretario general de los conductores de taxis, tras el incidente del viernes-. El Gobierno de la Ciudad tiene buena predisposición pero necesitamos firmeza. Tiene la obligación de hacer controles y no los está haciendo». Al respecto, el gremialista indicó que los controles de documentación no son efectivos, porque los pasajeros de Uber suelen viajar en el asiento de adelante.
Fuente: Clarín
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