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Poda: Duda y polémica en las Comunas

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Del 12 de mayo al 31 de agosto se desarrolló en la ciudad la «campaña de poda invernal», que incluyó la intervención de unos 60.000 árboles. Y, aunque la época adecuada para podarlos depende de cada especie y de las necesidades particulares de cada árbol, durante el invierno se practican la mayoría de los cortes. Varios especialistas coincidieron en que con frecuencia se verifican podas inadecuadas, lo cual redunda en un deterioro de la salud de los árboles.

Los árboles reducen la temperatura ambiental, aportan oxígeno, secuestran dióxido de carbono, filtran los rayos ultravioletas y retienen partículas, entre otras virtudes. Pero también rompen las ventanas de los edificios, tapan carteles de señalización, interfieren con el alumbrado público y, debido a la caída de sus ramas o troncos, constituyen un riesgo potencial. Por estas razones, necesitan un servicio de mantenimiento, que depende de las juntas comunales.

Hasta 2013, la atención de los árboles porteños dependía de la Dirección General de Arbolado del gobierno central, pero desde entonces la responsabilidad fue descentralizada y transferida a las 15 juntas comunales. Ahora, cada una planifica la poda de su jurisdicción: en función a las directrices impartidas por su personal especializado (ingenieros agrónomos, técnicos en jardinería o en paisajismo), una empresa contratista ejecuta los trabajos. Las ramas cortadas son luego recogidas por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Las empresas que podan son: Urbaser (Comunas 1,8,9, 11 y 15), Mantelectric (Comunas 2, 12, 13 y 14), Ecología Urbana (Comunas 3, 4 y 5) y Casa Macchi (6, 7 y 10).

La ingeniera agrónoma Ana Beatriz Guarnaschelli, profesora de la cátedra de dasonomía de la Facultad de Agronomía (UBA), indicó que tras las podas a veces se observan acortamientos muy drásticos de las ramas que no permiten una buena cicatrización, lo cual deja al árbol expuesto a hongos y compromete sus tejidos leñosos.

María Angélica Di Giácomo, de Recoleta, junta firmas en el sitio web Change.org para que «detengan ya mismo la mutilación de los árboles de la ciudad autónoma». Dice que, en las podas, se cortan ramas muy gruesas y que por los agujeros que quedan en los troncos entran agua y plagas. «Tomé fotos de las mutilaciones y me dirigí a la sede comunal, pero no tuve éxito con mi solicitud», se lamenta.

El presidente de la Comuna 2 (Recoleta), Agustín Fox, dijo que aunque con frecuencia algunos vecinos expresan su indignación por ciertas podas que consideran inadecuadas, «cuando les explicamos las razones prácticas, en general comprenden», aclaró. Por ejemplo, que el árbol podado tapaba luminarias o había ramas con riesgo de caída.

Alejandro Pérez, presidente de la Comuna 14, explicó que el barrio de Palermo se poda completo una vez cada cuatro años, y que a veces se practican intervenciones «algo intensas» debido a que es complicado hacerlo con más frecuencia por cuestiones presupuestarias y a dificultades prácticas, como los autos estacionados en las calles o el tráfico.