Hace pocos días, el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) comunicó que el lote al que pertenecía una de las muestras de leche en polvo estaba contaminado con la bacteria que puede causar muerte, meningitis o secuelas neurológicas en los recién nacidos vulnerables. Desde el organismo informaron a todas las direcciones bromatológicas del país y sus delegaciones que la Dirección de Seguridad e Higiene Alimentaria de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) porteña había detectado la bacteria en una caja del lote 0064 de fórmula de inicio Sancor Bebe 1 de 1000 g destinado a los hospitales.
Sin embargo, en el mismo documento aclararon que el análisis de una «muestra oficial reglamentaria» del mismo lote en su Departamento de Control y Desarrollo fue negativo. Es decir, que el producto cumplía con las condiciones de calidad que exige el Código Alimentario Argentino.
En el comunicado, el INAL destacó que la empresa «procedió al contacto inmediato y directo con los clientes a nivel nacional» para que «en caso de existir stock del producto mencionado en su poder, fuera bloqueado». Pero no vincularon el lote con el brote en el hospital ni con el resultado de los dos envases del producto obtenidos originalmente del lactario del Posadas.
Incluso, respecto al fallecimiento, en ese momento solo se limitaron a decir: «La semana pasada, en el hospital Posadas, se detectó un episodio de infección intrahospitalaria en una de sus áreas cerradas, por lo que se procedió a aplicar el protocolo habitual para estos casos, que consiste en el aislamiento de la zona, el control estricto del paciente y la realización de cultivos de todos los sectores», informó Nicolás Kreplak, secretario de Salud Comunitaria.
Otro dato clave al que hace referencia el matutino La Nación es que en las notas que recibió el INAL consta que la AGC solicitó a la empresa las muestras que indica el Código Alimentario Nacional el 30 de abril. Al detectar la presencia de Cronobacter sakazakii, se le ordenó a la empresa retirar el producto del mercado y se informó al INAL para emitir una alerta sanitaria. También, se le pidió a Mercado Libre que eliminara de su sitio las ofertas de este producto.
Mientras todo esto se desarrollaba, los hospitales porteños habían recibido más de 3700 kg del lote, mientras que casi 24.000 kg restantes estaban distribuidos por el país. Para cuando el INAL difundió su comunicado, el 22 de mayo, el producto ya se había terminado de consumir en nueve hospitales y obras sociales. Paralelamente, los técnicos de la AGC que habían hecho el análisis microbiológico elevado al INAL y que terminaría confirmando el Instituto Malbrán, empezaron a recibir presiones para retroceder en lo actuado, agrega La Nación.
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