Desde las elecciones del año 2011, los porteños eligen autoridades de las Juntas Comunales de la Ciudad de Buenos Aires para que los barrios cuenten con autoridades políticas a quién presentar reclamos o evacuar consultas sin tener que dirigirse hacia las oficinas centrales del Gobierno.
A pesar de que cada una de las quince comunas de la Capital Federal cuenta con un cuerpo colegiado de siete miembros elegidos por el voto popular, sus funciones son escuetas y poco conocidas por los vecinos.
Por esa razón, el vicepresidente del bloque del Frente para la Victoria en la Legislatura porteña, Gabriel Fuks, presentó un proyecto de ley para que en cada Junta Comunal se realice una “agenda comunal” para informar a los vecinos y que estos puedan controlar a los comuneros, un puesto político que ningún Poder Ejecutivo priorizó hasta que la Justicia medió.
De las últimas tres administraciones de la Ciudad de Buenos Aires, ninguna quiso poner en funcionamiento a las Comunas. Sólo se hizo efectiva su presencia por medio de un fallo judicial que obligó al gobierno de Mauricio Macri a instrumentar las quince Juntas Comunales.
Tan complicada fue la puesta en práctica de estos gobiernos descentralizados que, desde que entraron en escena, tuvieron dificultades y siempre son vistos de reojo por el Gobierno porteño
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