Existen barrios que suelen ser relegados en materia de políticas públicas. La EEM Nº1 DE 20, que funciona en el edificio de la Primaria Nº 22 DE 20 hace ya 25 años, está desde octubre de 2014 sin la habilitación de gas.
En el mismo edificio de esta escuela del barrio Piedra Buena también funciona el jardín maternal N°1 DE 20 que cuenta con turno mañana, tarde y vespertino. El invierno se acerca y las heladas tendrán mayor intensidad. «Nos vamos a morir de frío”, advierten los estudiantes.
Cuentan con un comedor que sustenta a más de 900 niños y adolescentes. La comida se calienta en una escuela de Liniers. Chicos y docentes han vomitado o salido con dolor de estómago por tomar la leche o comer los alimentos fríos. Las ventanas de las aulas están rotas y no cierran. Las estufas están apagadas y las clases se dictan con la campera puesta constantemente. “Estas son las condiciones en que trabajamos acá y en la mayoría de las escuelas públicas de la ciudad. Mientras aumenta el deterioro de la educación pública, también crece la matrícula de las privadas”, describe Emiliano Consoli, profesor y delegado gremial de la escuela media.
Los bebés del jardín no cuentan con ningún tipo de calefacción en las salas y varios han vuelto a sus casas enfermos de bronco espasmos. Una alumna madre que deja su bebé en jardín mientras estudia el secundario expresó preocupación por su hijo: “Lo tuve internado con bronquitis y lo tengo que traer acá a que tome frío”.
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